Dentro del marco de la Seguridad y la Salud en el trabajo, uno de los grandes desafíos es evitar que sucedan los accidentes labores, ¿será posible que esto se pueda lograr?, ¿son inevitables los accidentes?, ¿hay personas predestinadas a accidentarse?…
Para poder orientarnos hacia la respuesta correcta, debemos analizar primero, ¿Por qué suceden los accidentes?… estadísticamente se dice que el 90% son originados por fallas humanas, ok, partiendo entonces de esa base, el 10% restante son fallas en los procesos, en las maquinarias ó casos fortuitos.
Según estas cifras evidentemente nuestros esfuerzos como prevencioncitas estarán orientados a reducir las fallas humanas de nuestros trabajadores.
Pero… que se nos escapa? que podemos estar omitiendo que impida la generación de una toma real de conciencia para evitar lesiones laborales?
Lo primero que debemos hacer es entender que el trabajador es eslabón final en la larga cadena de sucesos previos a un accidente.
Analicemos el ciclo de vida de una persona… nacimiento, juventud, adultez, vejez. Desde el mismo momento de la concepción y la etapa del embarazo de la madre, las personas pueden llegar a experimentar las primeras situaciones de exposición a peligros, por ejemplo cuando la madre gestante no se protege, no se alimenta bien y realiza actos inseguros como hacer sobre esfuerzos, consumir alcohol, tabaco o sustancias psicoactivas.
Luego en la primera infancia el tipo de crianza que empieza a recibir el niño repercute directamente sobre la percepción que él tenga hacia los peligros y su control, un niño que no es educado teniendo en cuenta parámetros mínimos de seguridad como por ejemplo no acercarse a objetos calientes, filosos, de riesgo eléctrico, ó peor aún no observa un buen ejemplo de parte de sus padres ya que ellos cometen actos inseguros y realizan tareas en el hogar sin ninguna protección, como usar químicos sin el uso de elementos de protección personal ó un almacenar inadecuadamente las herramientas cortantes como un cuchillo.
Este infante tendrá una percepción del riesgo muy sesgada y las posibilidades de que se materialicen los peligros a los que se expone serán muy altas.
Es por eso que los prevencionistas al momento de diseñar programas de capacitación y formación en prevención, debemos tener en cuenta la integralidad del ser de los trabajadores, su cultura, su pensamiento, sus características físicas, la ubicación geográfica donde se han desarrollado, su familia, sus creencias…
Por: Jesús Mauricio Román Ortiz
Gerente de innovación
Cía. R.S.O. S.A.
