las impresiones mentales y la prevención de accidentes
Desde que nacemos nuestra mente empieza a conocer el mundo, teniendo y experimentando impresiones y sensaciones, percibiéndolas como buenas o malas dependiendo de la manera cómo estas llegan a nosotros, un proceso similar sucede cuando prevenimos accidentes.
Cuando se inicia un nuevo trabajo ó simplemente se desarrollar una tarea y en especial si es de alto riesgo y que el trabajador poco conocimiento tiene de ella, casi como un reflejo este asume una actitud proactiva hacia la prevención de accidentes, ya que las impresiones mentales muy probablemente en ese momento están enfocadas hacia mantenerse saludable y dar una buena imagen a sus compañeros.
El ser humano es adaptable a las situaciones y con el paso del tiempo también viene el desarrollo de habilidades y aquellas tareas que teniamos la impresión de ser muy peligrosas para nuestra salud y bienestar, pasan a ser familiares y el exceso de confianza empieza a presentarse en el comportamiento de los trabajadores, dando la equivoca sensación de seguridad, pero la realidad es que los peligros son exactamente los mismos con las mismas consecuencias en caso de materializarse.
Esto se presenta porque mis impresiones mentales cambiaron y todos sabemos que los peores accidentes se presentan cuando dejamos de un lado la prevención y asumimos exceso de confianza.
Los cambios realizados por nuestra mente hacia la percepción del peligro basados en las experiencias a las que es sometida se le conoce con el nombre de impresiones mentales y esta es la razón por la cual percibimos el peligro de distinta manera dependiendo de la situación.
LAS IMPRESIONES Y LOS ACCIDENTES
La percepción que cada individuo tenga con respecto al peligro dependerá de las impresiones mentales plantadas en cada una de sus mentes por ejemplo un trabajador que diariamente y por años ha trabajado realizando mantenimientos eléctricos, es muy probable que al inicio de su profesión aplicara de manera estricta los protocolos y norma de seguridad para peligro eléctrico, independientemente del tamaño de la tarea o del voltaje al que pudiera exponerse, pero con el paso del tiempo puede suceder que erróneamente permita que su cerebro se vaya llenando de impresiones mentales de exceso de confianza debido a la familiarización con el peligro eléctrico a tal punto que incluso ya tolera y hasta bromea al sufrir pequeñas descargas eléctricas, aumentando así las probabilidades de materialización de un accidente grave por peligro eléctrico.
Es por ello que los prevencionistas deben permanentemente estar alimentando el cerebro de sus colaboradores con impresiones mentales de seguridad y alta percepción del peligro, ser exigentes en el cumplimiento de las normas y protocolos de seguridad, dar ejemplo y mantener una cultura de prevención de forma estricta y disciplinada.
Por
Jesús Mauricio Román Ortiz
Gerente de Innovación